25.9.07

mira por la ventana de una combi volkswagen. no hay autos embutidos, son casi las cero horas. Un híbrido de camioneta con gremlin, negro, rebasa y es provocado por el conductor de la combi: niño con licencia, camiseta blanca, auxiliado por una copiloto de gran fleco y más grandes ojos. la madre vigila el pavimento como si no hubiera mañana, su hijo duerme a su lado. el que mira por el vidrio empañado nota que su piel es blanca débil fluorescente y que al cabello se lo traga la noche del auto último modelo. está indefensa, le tiene miedo al niño y sus toneladas de acero obsoleto. la niña del fleco enciende las piernas, después sus manos y con ellas quema el pantalón del operador, derrite el cierre, entonces la sangre quiere salir por el pie y el motor setentero busca destrozar el suelo del periférico. la mujer pierde el control de la mirada, patea el freno, cruza los ojos con el tipo de gafas. las tripas han empezado a succionar su estómago. justo cuando su retoño despierta, él se quita los lentes y ella siente que los pezones se vuelven plomo. es imposible dejar de verlo. el instinto dice que un accidente sería lo menos importante. él piensa que no hay diferencia entre crimen y conquista.

9.4.07

Rápido vino a la roída cabeza. Yo quería pezones con consistencia de hot cake y difíciles de complacer, el color del oxido de las bancas cubriéndole el esqueleto y piernas largas, afiladas, zancudezcas. No hay coche pero aseguro bonanza en boletos del metro. Las cosas no cambian tanto, ayer mismo quedó en mis ojos una mujer idéntica a alexis love.

7.1.07

Llegando la noche tomaremos ron. Olvidaremos la dura cáscara que nos truena los dientes y adoraremos las manchas de saliva de alguna almohada ajena. Después, mañana, ya veremos.

6.1.07

Acercó el cuchillo con el que minutos antes amenazaba a toda una familia a sus muñecas. Gritaba a los policías que antes moría a vivir en un reclusorio. Trató de ignorar el dolor que se desprendía de la piel y los nervios para que el cuchillo continuara lo mas hondo posible. Se desmayó: shock nervioso. Un día después despertaba en una cama junto a otros cinco enfermos que se recuperaban en un hospital del DF. Su brazo estaba unido a la barra del ventanal oxidado y descarapelado. Pensó que era un sueño y que no había tenido las agallas de violar a Susana. Los dos pensamientos eran mentiras.

4.1.07

Ella estaba sentada en una silla metálica. Su desnudez decoraba la habitación. Yo me paré frente a la puerta, tapé la mirilla y me quite poco a poco los pantalones.
- Mira pendejo, si no vas a hacer nada mejor quítame estos pinches hilachos de ropa y déjame salir si no quieres que te rompan la madre.
Me pareció muy impertinente. Le regalé una bofetada.
-Mira reina, te pagué lo que pedías por dos horas de tu valioso tiempo; cállate y solo habla cuando yo te diga.
Tenía la piel suave, granulosa y fría como una gallina muerta; contrastaba de manera artística en el suelo manchado de aceite. Los pies de la mujer eran rechonchos, el estomago parecía derretirse como una barra de chocolate; pero eso no importaba, por fin había conseguido lamer y golpear una piel tan blanca como las nubes de pueblo.