6.1.06

Iba a pagar el telefono así que tomo el camión en la I. Zaragoza con destino a la sucursal del señor Slim. La fila de autos había comenzado a estancarse desde Canal del San Juan. Me vi en una problema, tomaba el metro hasta Zaragoza o viajaba en el calor de las tres de la tarde con un chofer neurótico. Ya en Agrícola Oriental decidí quedarme y gozar de la variedad de olores que nos ofrecen las calles de la ciudad. Manifestación en el siguiente semáforo, dijo un vendedor de paletas, no están dejando pasar a nadie. Me bajo del autobus y camino hacia Telmex. Era cierto, la manifestación la componían unas veinte personas con una pancarta de cartulina con letras acerca de los policías auxiliares. Me di alguna vueltas por el lugar y decidí no sacar ni madres, total es una manifestación como cualquiera, caminé por una avenida totalmente desierta y me dijé, bueno, por que no una foto de esta avenida sola en día laboral a las tres de la tarde. Pagué el recibo y de regreso tomé mas fotos. Ya entrado en valor me acerque a la turba que había sido replegada hacía la dirección del metro aeropuerto; vi un ángulo que parecía interesante detrás de un respiradero del metro, arriba estaban dos jovenzuelos, sentados, admirando a los trailers varados. Click. Click. Llegan mas de dos tipos con macanas y arrebatándome la cámara que, después, solo sostenía por la correa que se enredaba en mi brazo. Se armo la trifulca, zafarrancho como dirían en la prensa, yo solo pensaba en algo: están así por la moda de los linchamientos pero, eso si, a mi no me quitan mi pinche cámara. Después de unos madrazos y forcejeos constaté la buena calidad de las correas de Canon, llegaron policías uniformados y varias señoras que me trataron de defender. Por que nos tomas fotos, de que periodico eres, por que nos tomas en "lado negativo", de todas formas te vamos a quitar la camara. Mi cabeza se movía de lado a lado. Ahora varios uniformados mediaban en el conflicto; el sindicalista soltó mi cámara, el policía la agarró pero yo no podía soltar la correa, tenía los dedos engarrotados. Ya después se fueron calmando y el comandante me preguntó de donde era, ahí comenzó mi frase "soy estudiante"; a todo lo que me decían: "soy estudiante". No hagas tarugadas, me dijeron los que se querían chingar la cámara. Ya me iba y el comandante me preguntó la razón; me salió lo mamón y dije: Solo quiero documentar los fenómenos de la ciudad, soy solo un observador. El Tomandante llamó al líder agitador, ya vez, te quieren documentar tu manifestación. Después de unas cuantas palabras no quedaron muy convencidos de mis argumentos, me pidieron que borrara la foto, no se puede es de rollo, vélalo, si "compañeros", que lo vele, no, dije, tiene cosas importantes para mi, pero hago la promesa de no usar en manera perjudicial la fotografía. El Tomandante ya estaba harto de mi y mando a un "tamarindo" a que me escoltara al metro.

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