16.1.06

En Kill Bill Beatrix Kiddo es una mujer cuya única meta es que su venganza recaiga en la mafia que una vez la protegió y entrenó. Nada mas? Beatrix es la mujer con las mas altas cualidades -según nos plantea la película- en cualquier arte, usted solo nombre una: es mortífera, tierna con los niños y amigable con los viejos, posee una voluntad de acero, una katana –que también es del mas fino acero-, viaja en asientos de primera clase, y hasta pensaba en convertirse en una buena ama de casa. Lo demás es el desarrollo de tan suculenta venganza que aderezamos con música de los setenta, diálogos sarcásticos, un final de telenovela en la primera parte, y tomas en blanco y negro que amortiguan la cantidad de sangre en algunas escenas. ¿Algo mas, acaso debo de mencionar la "estupenda" analogía que compara a Beatrix con superman o la canción de La Malagueña?

Vi Los siete samurai hace mas de un año, en la época en que se hablaba de Kill Bill hasta en el noticiero de Lolíta Ayala. Debo confesar que la dinámica de las batallas, las decenas de rifles y katanas que desfilaron por el filme nublaron en demasía mi capacidad critica con el filme, a lo mas que llegó fue a maldecir a Robert Rodríguez. Dicho estado mental me dejo falto de capacidad para apreciar ese gran filme de Kurosawa. No recuerdo haberme percatado de la apabullante personalidad que cada uno de los siete; los personajes no son héroes, ni mucho menos entidades divinas; ninguno luchaba para el bien de los campesinos, por que cada uno tenía razones muy particulares para estar con una mano en la katana y otra en un plato de arroz; muy atinadamente lo dice uno de los tres sobrevivientes en los últimos diálogos: "De nuevo hemos sido vencidos. Los ganadores fueron los campesinos; no nosotros."

El amplio espectro de temas que abarca el señor Kurosawa es brutal: la situación historica, personalidades de las distintas clases que habitaban en ese Japón. Kikuchiyo describe en unas cuantas frases el espíritu del campesino y sus formas de vida, que no son exclusivas del Japón ni de ese tiempo. El filme esta cargado de un uso soberbio de la cámara lenta, solo hace falta recordar la fantástica secuencia de la caída del duelista.

Se que no es válido comparar estas dos películas, pero me he dado cuenta de que es una pena que nos deslumbremos con unas cuantas secuencias de golpes y mucha sangre, que el cine de Hollywood se nos meta hasta los huesos en su forma mas “alternativa”. Si, es cierto, Tarantino es un engranaje mas en la parafernalia del cine norteamericano, tiene una función establecida: ser el enfant terrible del cine dominado por comedias románticas y adaptaciones de bestsellers, su misión es generar iconos de fácil acceso a los jóvenes. Bueno, hablo del Tarantino que hizo Kill Bill; aunque me pregunto que pasaría si me sentara nuevamente a ver Reservoir dogs.

2 comentarios:

Nebe Gebhardt dijo...

En efecto, "Los siete samurai" es una película simplemente incomparable, espesa de contenido y belleza. Quizá los consumidores de cine se verían beneficiados con una revisita a los clásicos.

Anónimo dijo...

Yo diría que la intertextualidad en «Los siete samuráis», comparada con «kill bill», es mucho más atractiva no sólo por la investigación histórica de Kurosawa, sino también por la aplicación de los conceptos filosóficos del samurai. También hablaría de la complejidad de los personajes y de su importancia en el desarrollo de la trama (en «kill bill» es posible sustituir a Bill por el personaje memorable y mítico de «Kung Fu», y David Carradine gozaría de trabajo asegurado). Pero haría falta preguntar: ¿acaso la intención de Tarantino no es sólo de naturaleza paródica?