Hoy habrá un eclipse total de sol que sólo se podrá observar desde el cono sur del planeta. Un fenómeno exclusivo de los moradores del mundo subdesarrollado, económica y tecnológicamente, pero muy eficiente en la multiplicación de sus habitantes. Los gobiernos han conminado a su pueblo a no mirar directamente al cielo, ni mucho menos al norte. Las mujeres embarazadas serán protegidas con toda clase de remedios ancestrales, amuletos de plata, ojos de venado, cintas de color rojo. En los zoológicos los animales se irán a dormir, y en las casas la televisión transmitirá (en directo y sin efectos secundarios a corto plazo) el gracioso jugueteo del sol y la luna.
En México se dotará con mayores recursos al cuarto poder. Unos cuantos senadores utilizarán las facultades otorgadas por una población analfabeta y carente de autocrítica para alimentar al insaciable monstruo de la televisión. Lo gracioso del asunto es que todavía estoy indignado con tal cinismo, y si estoy indignado es por que espero no se cometa tal barbaridad. Si, aun creo que el poder representado por los senadores tiene una pequeña, muy pequeña, cantidad de cordura. Lo sé, merezco un insulto.
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