Desde. Hasta donde?
Mi fe no está en mi espalda, esa es solo una imagen. Camino y medito, pero nadie se da cuenta, ni el que me da de beber o los que voltean desde los autos. No joven, yo ni prometí nada el año pasado, vengo caminando por que es bueno para el alma y las piernas; aquí en estas calles uno se da cuenta de las tarugadas que se hacen todos los días, se te regresan recuerdos que creías enterrados, y, pues, uno llega a su casa todo renovado como dirían por ahí. No joven, no voy a dar gracias, y si a alguien le voy a pedir perdón es al que era yo cuando salí de casa.
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