30.6.06

El señor Gonzalo está muy mal de salud, sus hábitos alimenticios no hacen mas que empeorar su situación; oiga es que echarse solo una torta con cocacola y el cigarro, no, quién sabe como estará en unos días, si, cuando su nietecita haga la primera comunión, tan bonita que se ve en su vestidito blanco. (Del otro lado). Era un drogadicto hijo de la mala vida el cabrón, pues que cree, amenazó a su madre con un cuchillo de esos que cortan el pan y le dijo no sé cuantas marihuanadas a la pobre Soledad. (Más allá se escuchaba el ruido de una máquina blandiendo sus engranajes, el olor del aceite, los restos de hollín en las rejas de esmalte blanco). Se lo diagnosticaron hace un mes; como cree; si, no quiere salir de su cuarto, nada más está ahí apestándome la casa con los cigarros, a veces se levanta, pero ya muy de noche, no deja ni dormir. (Un par de voces se acerca). Llega noche y se mete a las cobijas, cuando despierto ya no está, me siento descuidada mana, hoy ni siquiera oí que prendiera el boiler, él es bien trabajador y pues ni modo que yo me ponga a … (El par de voces se aleja). David Jonathan, te lo digo por última vez, deja de revolcarte en el suelo. (Dentro del local salía el olor vaporoso del papel estraza) No, usté cree, la hija sigue viviendo en la casa de la difunta, pa mi que la mató de un empujón, yo bien seguido escuchaba los gritos de la viejita y los manotazos de la hija; hasta fue la policía, pero no valió de nada por que la hija se escondió en un hotel de… (El hombre del bigote y el cabello seboso, negro y rizado barajeaba la masa con la mano desocupada de las monedas de a peso). Me da quince pesos con papel, por favor.

22.6.06

Comprendo que exista la capacidad de las personas para vivir en mundos ficticios y considerarlos primordiales; de que otra forma se podría sobrevivir en la cárcel o viajar en el transporte público. El internet ha atrapado a millones de personas, modificado sus conductas, y transformó, en menos de una generación, las costumbres de los ciudadanos de las grande urbes. Las barreras se distinguen menos pues ahora es natural entablar amistad con un Tailandés o ver el diario de un Ruso. Hábitos simples, como la curiosidad sobre otras vidas, se dan rienda suelta a través de millones de bases de datos repletas de experiencias similares, cotidianas de la vida humana. Abrimos nuestra ventana ciclotrónica al espeso mar de los anuncios en colores escandalosos con promesas inútiles; ¿qué nos depara el vasto mundo detrás del espejo camuflajeado de un modem y un cable de teléfono?

8.6.06

Inventaré que me soñé siendo acosado por millones de árboles sintácticos con ramas terminales y raíces de código, brincaban a mi alrededor como lunáticos ávidos de cadenas, sentencias, millones de líneas de código fuente. Expresión no aceptada, me decían, error en el módulo, formato ilegible. Gritaba sin cuerdas vocales, con la fuerza de un histérico, los soplos no pasaban de la pared de dientes. Un cursor intermitente. Llegados del cielo decenas de ventiladores formaron filas militares encima de mi cabeza. La noche tenía el rebotar de los leds clavados en la pantalla del cielo. Poco a poco mi cuerpo se fue desintegrando, uno a uno mis cabellos se transformaban en eternas líneas de voltaje, mira, allá van mis memorias envueltas en un manejador de base de datos, mis neuronas en circuitos lógicos de silicio. Corred, corred. Carajo, ya no tengo piernas. Volad, volad. Carajo, no puedo moverme ni cerrar los ojos, lo siento, es imposible volar.

Me consuela despertar, asomar la mirada por la persiana y ver las densas nubes con su movimiento de panzers en la nieve, grises como las banquetas, poderosas e intocables. La humedad olor azufre me recuerda a las playas que visité de pequeño, ahí, cada noche, se quemaban varios kilos de basura, llantas y pedacería de madera, los niños dibujaban huellas en curvas infinitas junto a perros sedientos con pelos de sal. La humedad que se mete a mi cuartito acompañada de los fantasmas de las fabricas y la combustión automotriz, brisa confundida en las exhalaciones de estos muertos amontonados en el metro. Esperen por mi, compañeros desconocidos, debo viajar en círculos de nuevo.

Saldré, es de mañana pero hoy es diferente, me puedo engañar pensando que son las cinco de la tarde aunque sea muy temprano; un engaño más en mi vida no hará mucha diferencia.