9.2.06

El humo del cigarro era azul. La luz que entraba en el cuarto había coloreado las curvas exhaladas de las brasas. Frente al televisor, cubierto de polvo, los círculos y espirales se tornaban azules. Se coloreaba el cuarto de unos cuantos destellos que traspasaban las persianas. La vida parece enorme a través de la ventana. Las palabras me faltan. Soy pequeño y anónimo. Las manecillas de un reloj siguen girando, puedo apostar que se moverán, inclusive después de todos los golpes que ha sufrido, cuando ya no tenga batería. Ese reloj es eterno, seguirá pegándose cuando no halla tiempo que medir, aun cuando este muerto y entienda que el tiempo no existe. No habrá tiempo en el momento que nos extingamos. Él depende de nosotros, si no hay nadie que piense en él dejara de existir. El universo continuara en expansión hasta que llegue el punto de regreso, sin el tiempo que nadie vio pasar.

1 comentario:

Belú dijo...

Yo pienso que tus palabras son hermosas, existí, dale, actualizá, dale, que sigo con ganas de leerte.
Besos!

(Escuchando U2 - Walk On)