Acerca de la pornografía.
Mujeres blancas con pezones camuflajeados. Mujeres livianas con largos cabellos encerados. Mujeres altas y con tacones, caminando, solo notando sus pasos. Suspiros perdidos en penumbras infinitas, la voluntad destrozada al acariciar el suave cristal de monitor. Tanta alegría derrochan, parecen duendes escondiendo un pene en sus huecos. Es gobierno, conocemos su falsedad y las ganas de tratarnos como subnormales; pero somos una generación adicta a la comunicación en aras de la perversión, todo es una oportunidad para el olvido de la rutina. Las mujeres blancas no existen, lo sabemos, y, a pesar del mundo, son el ídolo que nunca llenó la religión.